Dansu in za Vanpaia Bando (Cal. 8)

Los vampiros ya no son lo que eran antes. Seres eternamente melancólicos, funestos caballeros misteriosos. Ahora los vampiros son algo más parecido a estrellas pop o héroes de acción que a otra cosa. Dance in the Vampire Bund (DVB, Baile en la Comunidad de los Vampiros) toma estas nuevas reglas y nos regala dos primeros episodios de una manufactura envidiable. El primero en el que parece que en realidad estamos viendo un programa de televisión y el segundo en dónde de alguna manera se rescata esa naturaleza romántica de los seres que aceptaron rendirse ante lo sobrenatural.


Era difícil que toda la serie conservara ese nivel de sorpresa y narrativa efectiva. Si lo hubiera hecho posiblemente sería la mejor serie de vampiros de la historia. No lo hace. La historia narra la historia de Mina Tepes la reina de los vampiros quién está enamorada de Akira Kaburagi Regendorf (Akira para los amigos). Y comienza justo cuando los vampiros deciden hacer un país en una isla de Japón. Así pasamos de la intriga política a la intriga del romance. El misterio envuelve a los protagonistas, sobre todo a Mina, quién es el cerebro que empuja la trama.

La intriga involucra a las sociedades de los vampiros y demás seres de la noche quienes tienen sus propios conflictos y sus propias ambiciones (muy parecidas a los de los humanos comunes) que resultan bastante interesantes sin embargo la trama empieza a decaer cuando se mezcla al ámbito escolar ¿Qué tienen que ver las intrigas del gobierno japonés con la sociedad de alumnos de la escuela de Akira? ¡Pues absolutamente nada! y eso le resta fortaleza al guión que de otra forma sería bastante intenso.

Otro punto en su contra es el hecho de que el diseño de personaje de la reina de los vampiros es el de una niña de 12 años, nadie niega que esté justificado pero la trama en lugar de plantear los verdaderos conflictos que esto involucra se queda en la superficie incrementando la creciente ola de animes que rayan en la pedofilia. Este tema ya lo habíamos visto en Entrevista con el vampiro (Jordan, 1994) tratado de una manera mucho más responsable y sincera. Aquí se toma bastante a la ligera, irresponsabilidad que afecta la congruencia de la serie.

El manga escrito por Nozomu Tamaki se sigue publicando en Japón, así que los 13 capítulos son solo un fragmento de toda la historia y por ese motivo en un punto la serie comienza a divergir de la historia original. Guionista y director (Akiyuki Shinbo) se esfuerzan por poner en escena un final al menos medianamente aceptable y que evite ese sentimiento de frustración por lo incompleto. Lo logran parcialmente y eso se agradece.

Con todo DVB es una serie que se deja ver solo si no somos demasiado sensitivos a la sangre. Si creemos que todo o casi todo puede suceder en una preparatoria y si aceptamos sin cuestionarlo que la reina de los vampiros de vayan ustedes a saber cuántos años ¿27? ¿37? ¿107? quiere asistir a clases con chicos de 17. Si nos tragamos esto, la recompensa es la historia de una promesa de amor que sobrepasa a la memoria. La tristeza provocada por la duda. La lucha entre el amor nuevo y el amor de siempre. Los conflictos por el poder y como estos corrompen todo.

DVB es una historia muy propia de los tiempos modernos, eficiente pero, más allá de esos dos primeros episodios, carente de fuerza. Las "cosas" pasan en esta obra pero tal vez deberían de pasar de otra forma. En fin, hay muchísimas series por ahí y mucho más famosas que estoy seguro que ya quisieran al menos esos dos episodios que nos hacen pensar que DVB pudo ser muy buena. Pero al final simplemente no está mal.

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