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Mostrando entradas de febrero 6, 2011

Las habilidades primitivas

Al ir envejeciendo poco a poco el mundo se nos vuelve un lugar incomprensible. Y nosotros nos vamos volviendo incomprensibles para el mundo. Aunque cualquier vida humana es menos que un instante en la interminable historia del universo, al envejecer vamos perdiendo ese deseo de descubrimiento. Pero también vamos ganando la capacidad de ver las cosas en perspectiva. Hace unos días el maestro Hayao Miyazaki (Castillo en el Cielo, 1986) declaró que en las escuelas deberían de estar enseñando habilidades primitivas, de supervivencia, antes que incluso a leer y a escribir. Como siempre que hace esos señalamientos el maestro fue tildado por algunos de anticuado y medio loco. Sin embargo pocas personas ancianas tienen la energía y el deseo de descubrimiento del anciano cineasta a quien de hecho esa palabra de “anciano” no le viene por la edad pero sí quizá por el conocimiento de su arte. Y me parece también que pocas personas tienen un conocimiento de causa tan fundamentado como el maest

El desprecio por la rutina

Hay muchas personas que huyen de la rutina. Nada más triste y cansado que hacer vez tras vez lo mismo. Sin embargo quienes piensan esto pasan por alto un elemento indispensable de la tan vilipendiada rutina, esto es, que es un fruto de la constancia. Y por su parte la constancia es un elemento indispensable para el avance del ser humano en todos sus aspectos. Repetir y repetir las cosas muchísimas veces nos hace adquirir habilidad en ellas, la constancia también mueve montañas. Hay una fábula muy interesante al respecto escrita por ahí de los siglos III y IV antes de nuestra era (así que ustedes digan es un estreno pues no) en China que viene mucho a cuento, se llama: "De cómo el Tonto movió las montañas" y habla de una persona de avanzada edad quien para llegar al poblado más cercano tenía que rodear dos enormes montañas. Este anciano un buen día, cansado de tanto rodeo, decidió que no lo haría más y decidió mover las montañas. Este hombre a quien apodaban El Tonto no

La ropa interior y los mutantes

El fin de semana pasado, como casi todos los fines de semana, me dispuse a lavar mi ropa sucia. “La ropa sucia se lava en casa” solía decir mi abuela, sin embargo supongo que ella hacía referencia a cosas más relevantes que las posibles manchas que pudieran tener mis trusas. Pero aun así no deja de ser cierto que el mejor lugar para lavar es en nuestra casa. Nuestra ropa interior es nuestro secreto, siempre se mantiene (o se debería mantener) oculta. La ropa interior puede reflejar y de hecho lo hace, alguna parte de nuestra personalidad que no queremos que los demás conozcan. Nuestra parte externa, nuestra ropa exterior, también forma parte de nuestra personalidad pero es nuestra cara al mundo. ¿Cuántas personas en el mundo han visto vuestra ropa interior? Estoy seguro que los podrán contar con los dedos de una sola mano. Hace tiempo las mujeres lavaban a orillas de río, pero en aquel entonces la ropa interior revestía tan poca importancia que a nadie le interesaba ver la de otra

La venta del espíritu

El espíritu humano es un buen negocio. Cuando una persona se sobrepone a una terrible dificultad esa fuerza de voluntad se transmite. Todos queremos saber al respecto, todos queremos formar parte de una hazaña. Porque si un hombre común y corriente lo pudo hacer, nosotros también podemos. Eso está muy bien. A alguien se le habrá ocurrido que las personas necesitaban saber de las proezas. Que si todos en la ciudad nos sentimos orgullosos de un individuo que salvó a una pequeña niña arriesgando su vida, seguramente a los habitantes de la ciudad vecina también les interesará. Y este acto desinteresado los motivará a hacer actos similares, menores en cuestión de riesgo pero igual de importantes tanto para quien lo hace como para quién lo recibe. Por eso los actos grandiosos hay que transmitirlos, no nada más las tragedias son noticias. A otra persona se le habrá ocurrido que el héroe necesitaba una recompensa. Arriesgo su vida para salvar a 10 pequeños pero es una persona que vive en la

El amor no siempre tiene que ser correspondido

Cuando estas enamorado la vida se ve de otra forma. Yo no diría que de color rosa, porque hay unos tonos rosas bastante chocantes, pero sí de una manera mucho más leve. Ahora que hay distintos tipos de amor. En ocasiones basta con estar enamorado a la distancia para sentir esa energía que desprende tan noble sentimiento. No todos los amores están destinados a concretarse, convertirse en una relación correspondida. Pero hay algo que tienen en común todos los buenos amores y es que nos hacen mejores y nos hacen felices. Alguien puede decir que es muy tonto tener un amor platónico. Es decir un amor dónde solo uno es el enamorado y que incluso no se planea llevar a una relación sentimental mutua. El mirar por la ventana y tratar de reconocer en la nieve, en la lluvia, en las nubes, en el sol a aquella persona que con solo verla nos hace sentir bien no tiene porque girar en dos direcciones. Este sentimiento es únicamente tonto cuando nos aliamos de otros sentimientos como el egoísmo.