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Mostrando entradas de octubre 17, 2010

La necesidad de conexión

La costumbre es cómoda pero también muy complicada. El acostumbrarnos a algo o a alguien puede tomarnos unos cuantos minutos o quizá nunca podamos hacerlo. A veces queremos acostumbrarnos a algo otras veces no lo deseamos. Pero todo lo que se encuentra a nuestro alrededor es sujeto de costumbre, las personas, los autos, los camiones, el teléfono, la comida, todo lo que hace nuestra vida cotidiana. La continuidad es un prerrequisito para la costumbre. Lo más curioso es que hay cosas a las que estamos acostumbrados y ni siquiera nos damos cuenta de ellas. Por ejemplo la televisión, o la computadora. Inventos de hace poquísimo tiempo que ahora se vuelven indispensables. Hace unos años era inimaginable pero ahora el estar en una habitación o una casa sin televisión es como estar en un sitio de tortura. Una de esas cosas por las que podrían acusar a los padres de maltrato familiar o al esposo de abandono de hogar, porque la luz de la casa es la caja mágica, y nada más. El simple bajarle

Los deseos contenidos

Está en una cena. Todos parecen muy serios y comen apaciblemente. Llega el postre y es un exquisito pastel de chocolate. Sobra sólo un pedazo y el invitado de honor estira la mano para tomarlo. Usted está más cerca, con facilidad podría ganarlo y de verdad quiere ese pedazo de pastel así que ¿Por qué no hacerlo? Sin embargo, no lo hace. Esta introducción que parece plagiada de cualquier texto de divulgación, no pretende demostrar algún resultado de un trabajo científico del comportamiento. Simplemente sirva como preámbulo de uno de los sentimientos más profundos en la mente humana. Los deseos reprimidos. Y es que como seres humanos lo deseamos todo, pero no lo podemos tener todo. Así que ya sea que su deseo reprimido sea de sabor chocolate y esté sobre la mesa, o bien sea vestirse como su corista favorita y salir a marchar por la 5ª avenida, o simplemente sea peinar como es debido a su compañero de trabajo. Todos tenemos deseos reprimidos. Hay muchos con los cuales podemos vivir a cues