Las habilidades primitivas

Al ir envejeciendo poco a poco el mundo se nos vuelve un lugar incomprensible. Y nosotros nos vamos volviendo incomprensibles para el mundo. Aunque cualquier vida humana es menos que un instante en la interminable historia del universo, al envejecer vamos perdiendo ese deseo de descubrimiento. Pero también vamos ganando la capacidad de ver las cosas en perspectiva.


Hace unos días el maestro Hayao Miyazaki (Castillo en el Cielo, 1986) declaró que en las escuelas deberían de estar enseñando habilidades primitivas, de supervivencia, antes que incluso a leer y a escribir. Como siempre que hace esos señalamientos el maestro fue tildado por algunos de anticuado y medio loco.

Sin embargo pocas personas ancianas tienen la energía y el deseo de descubrimiento del anciano cineasta a quien de hecho esa palabra de “anciano” no le viene por la edad pero sí quizá por el conocimiento de su arte. Y me parece también que pocas personas tienen un conocimiento de causa tan fundamentado como el maestro Miyazaki para declarar esto.

Quien piense que el maestro es anticuado tendrá que ver las tremendas gráficas por computadora de El viaje de Chihiro (2002) por no tomar en cuenta el premio a mejor logro tecnológico por El Castillo Andante de Howl (2004) en el Festival de Cine de Venecia. Quién piense que Pixar (Toy Story, 1995) es un gran estudio por su increíble animación solo puede ver la mitad de su éxito.

En el arte el objetivo es expresar y comunicar más, a veces las tecnologías ayudan a hacerlo a veces nada más estorban. Todo depende de lo que queremos. Ninguno de los métodos tradicionales de expresión es del todo inútil. Algunos instrumentos irán evolucionando para generar más sonidos, más colores, más movimientos, más perspectivas pero todos ellos seguirán teniendo ventajas y desventajas.

El problema con los jóvenes actuales, y es precisamente sobre lo que quiere llamar la atención el maestro, es que piensan que el momento actual es el mejor, y no se preocupan por conocer los medios antiguos, el maestro incluso lo lleva más allá y dice que los jóvenes de hoy no sabemos (aquí si me adhiero quizá no por la edad pero sí por la ignorancia) encender un fuego, jugar con perro, hacer una cabaña con madera, sobrevivir a la intemperie. Dice que lo único que sabemos es utilizar una tecnología que nos separa de nuestro vínculo con la naturaleza. ¿Cómo queremos que la nueva generación salve al planeta si no tiene aprecio por el planeta? ¿Cómo queremos que las nuevas generaciones intenten salvar a especies de animales que nunca en visto en carne y hueso? ¿Cómo queremos que las nuevas generaciones reduzcan su consumo de energía si no saben vivir sin electricidad?

En muchas de las distopias futurísticas se ve a quienes estiman la naturaleza como tontos melancólicos. ¿No es exactamente lo que está pasando ahora? Convivir con la naturaleza no significa ir a un campo de golf o al zoológico, significa verdaderamente inmiscuirse en ella para apreciarla. Por qué el hombre y la naturaleza están vinculados íntimamente y si nosotros rompemos el vínculo es muy probable que el resultado no sea otro que la extinción.

Para amar al hombre hay que amar a la naturaleza por que el hombre es parte de la naturaleza. La tecnología ayuda, pero debemos tener muy en mente que una cosa es ayudar y otra más que se convierta en el sentido de nuestra existencia.

El maestro Miyazaki quizá sea un viejo loco, pero lo mismo han dicho de algunos de los grandes genios de la historia. Puede que esta no sea la excepción.

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