Tu alma en un disco duro

Empezaremos esta entrada con una referencia “culta” para que no digan ustedes que nada más me la paso chacoteando y hablando de Kalimba. Quizá la novela más famosa de Stendhal es “El rojo y el negro”. Este escritor francés del siglo XIX era muy bueno, y si alguna vez encuentran esta novela no le vayan a hacer el feo, porque desaprovecharían un enorme libro. Es precisamente de esta obra de la que sale la entrada del día de hoy, el tema de la novela es la historia de Julien Sorel quien es un pobre que tiene la fortuna o el infortunio de tener cierta cultura y es dentro de su ventura o desventura que se presenta una escena en dónde el dueño de la casa donde trabaja Julien como tutor decide, sin más ni más, cambiarle el heno a los colchones, que en nuestra sociedad actual sería como cambiarle el hule espuma, y pues el buen Sorel como hombre joven que era, recuerda con alarma que tenía por ahí, escondido, un secreto ¿en dónde? ¡Pues dónde más debajo de la cama! Y ¿Qué era ese secreto? ¡Pues que más podría ser sino un retrato! Julien le pide a la única persona que puede ayudarlo que lo ayude pues si el dueño de la casa encuentra el retrato lo van a despedir y tendrá que despedirse de sus sueños de grandeza

No platicaré más al respecto, si quieren saber de quién era el retrato y qué pasó con Julien tendrán que leer la novela. Lo interesante es que su alma, su secreto más importante, estaba guardado debajo de la cama.

En nuestros tiempos una imagen es muy sencilla de obtener basta tener un teléfono celular. Pero dónde guardarla todavía resulta objeto de concienzudas cavilaciones. Debajo de la cama sigue siendo un lugar propicio para artículos ilícitos que los adolescentes podrían tener, pero hay un lugar, un sitio enorme y pequeño en dónde se reflejará con mayor precisión nuestra alma: el disco duro.

Y digo disco duro por no decir otra cosa (memoria, discos compactos, etc) pero es ahí dónde vamos a encontrar cuáles son nuestras verdaderas pasiones y preocupaciones. ¿Qué tenemos en nuestros discos duros? Esas cosas que nadie más ve sino nosotros. Si nuestros padres o nuestros amigos tuvieran acceso a ese lugar tan personal ¿Qué pensarían de nosotros? ¿Nos considerarían más divertidos? ¿Más pervertidos? ¿Más insulsos?

¿Qué tiene su disco duro? Canciones que nunca escucharían sus amigos porque están fueran de moda. Quizá tenemos esa canción que tanto criticamos, quizá tenemos como 10 programas piratas, quizá tenemos la dirección de 100 sitios que no deberíamos de ver.

Ya no digamos nada de las imágenes, ¿qué pensarían nuestros padres y amigos si vieran nuestra colección de fotos de playboy o bien nuestra base de datos de animaciones para adultos?

Por supuesto también tenemos ahí el mensaje que le mandamos a la chica que nos gustaba y su respuesta que no termina de ser respuesta. También tenemos la lista de sitios que consultamos cuando nos sentíamos tristes. Las bromas de nuestros amigos. La presentación de Powerpoint malísima pero que aún así nos gustó.

Revisemos nuestro disco duro, borremos todo aquello de lo que no nos sintamos orgullosos, sigamos consultando lo que nos gusta consultar y que nos ayuda a ser mejores. Un disco duro puede formatearse fácilmente, el alma lleva más tiempo pero empezar por nuestra vida cotidiana y nuestras pasiones es empezar con el pie derecho.

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