Los mínimos mensajes instantáneos

Cuando uno lee a los grandes novelistas Rusos como Dostoievsky y Tolstoi es imposible dejar de pensar en los grandes espacios, en los largos tiempos. Undirse en novelas como Guerra y Paz o los Hermanos Karamasov es verse a uno mismo cómo una pequeña hoja de un frondoso y gigantesco árbol en un interminable bosque. Los grandes novelistas hablaban de las grandes pasiones, de los grandes hombres y dicha grandeza solo puede demostrarse a través de los años, a través de enormes distancias. Antes una novela tenía 1000 páginas o no era novela. Ya ni hablamos de En Busca del Tiempo Perdido de Proust o La Comedia Humana de Balzac (por si las dudas aclaro que estos no eran rusos). Precisamente porque se necesitan tiempos y detalles para desentrañar la naturaleza de la historia personal, su intersección con otras historias, que al final conforman la intrincada historia de la humanidad. En aquellas blancas e infinitas estepas rusas, los novelistas expresaban aquellas cosas que permitían ver al hombre desde lejos, analizarlo, amarlo, odiarlo, comprenderlo.
A pesar de su extensión esas novelas son muy disfrutables y escribo a pesar de su extensión porque cada vez más en estos tiempos modernos nos encontramos con el disfrute de la inmediatez, y no solo hablo de los eyaculadores precoces sino de que incluso las series de TV y de animación se reducen en temporadas más pequeñas. Ahora vemos que 13 capítulos son un estándar común cuando las temporadas de 26 episodios eran lo mínimo que se podía ver en un pasado más añorado que lejano.
Esto es un reflejo de la vida, ahora las historias tienen que ser contadas en 140 caracteres o menos. Gracias al Twitter se pierde esta enorme perpectiva por la pequeñez de la brevedad. Lo cual, también hay que aceptar, tampoco es del todo malo. En ocasiones una frase lapidaria puede cambiar nuestra vida como "ya mataron a la perra pero quedan los perritos" o "¡Ya cállate!" con todo y caracteres especiales dirigida a Hugo Chavez, o "comes y te vas" dicha por nuestro Presidechente Mexicano. El caso es que para muchos de nosotros también es un freno para no decir tantos despropósitos, desatinos o incoherencias. Es decir a menos espacio pues menos oportunidad de regarla. Sin embargo nuestro público se incrementa. Así que tenemos que concentarnos y por una vez en nuestra vida pensar bien qué es lo que queremos decir y cómo decirlo y una vez que presionamos el criminal Enter no hay vuelta a atrás el ciberespacio se enterará de nuestros pensamientos.
Hoy mande mi primer mensaje en Twitter, ojalá que no haya hecho tan mal. Si algún día me apodaran el Balzac del Twitter no estaría mal, aunque con mi suerte voy a terminar siendo un Carlos Cuauhtémoc Sanchez a lo mas :(

Estamos en contacto.

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