El día no se acaba hasta que se acaba


En 1973 Yogi Berra, un muy famoso entrenador de Baseball, dijo una frase que pronto se convertiría en una de las citas favoritas de todo el mundo: "esto no se acaba hasta que se acaba". El señor Berra no es solo una verdadera leyenda del deporte de las almohadillas sino que sus frases aún reverberan en el mundo del deporte por su aparente contradicción y obviedad. Como es el caso de la anterior. Sin embargo, habrá que decirlo, resultan ciertas. Decía yo que estaba muy contento de hacer el MCPlayer pero poco a poco las cosas se complicaron de tal suerte que ahora cuando escribo esto estoy contento de que ya todo se haya terminado.

Estar bien, como estar de cualquier otra forma supongo, es cuestión de percepción. Lectora, lector querido estoy seguro de la situación de ninguno de nosotros es peor que la de un niño africano cuya madre se encuentra enferma de SIDA y viven en la más rudimentaria pobreza. Y sin embargo, ese mismo niño lo más probable es que se ponga a bailar a la menor provocación de un ritmo sabroso. Si en algo nos sirvió el Mundial de Soccer fue para darnos cuenta que los niños Sudafricanos hacen caso omiso de su rol de niños del tercer mundo y al contrario son niños alegres, bailadores, dicharacheros.

En cambio, nosotros, en nuestra rutina de la escuela o del trabajo entristecemos hasta la depresión por causas que a esos niños les darían risa. Para nosotros, las mini-tragedias tienen proporciones bíblicas para los niños Sudafricanos las mini-felicidades son una fiesta.

Eso no quiere decir que nuestras melancolías sean menos importantes, por ser hasta cierto punto banales. Lo que quiere decir es que debe ser sencillo deshacernos de ellas.

Arakawa under the bridge, Arakawa debajo del puente (manga Hikaru Nakamura, anime Akao-Miyamoto) se trata precisamente de eso, de una comunidad de vagabundos y desposeídos que vive muy feliz debajo de un puente. Cada uno de esos individuos tiene su historia, y por eso varios de ellos usan máscara o disfraces, tratando de emular lo que realmente quieren ser. Un dia, por error, un hombre exitoso en ese mundo complejo más allá del rio los encuentra, se sorprende y poco a poco se deja ser asimilado por ese grupo de desquiciados que es tan feliz. El grupo tiene, muy poco pero con eso son totalmente felices. El credo invisible del lugar es la aceptación de las personas por lo que son y por lo que quieren ser. Ya sea una estrella, una monja o una especie de espíritu del agua (Kappa).

La serie se equivoca al no darnos la historia de estos seres conmovedores, tan solo nos brinda algunos indicios de porque quieren ser lo que son ahora. En lugar de eso tiene un tono de farsa que llega a resultar tedioso.

Sin embargo los personajes en ese instante son felices, porque les gusta su lugar en el mundo y aceptan que los demás también tienen el derecho de buscar el suyo, por más bizarro que este sea.

Después de todo este rollo, lo que quiero decir es que quizá el día no haya terminado como quería, pero mañana tendremos la oportunidad, si Dios quiere, de empezar nuevamente y de hacerlo mejor. Eso de pensar que uno está bien porque hay personas que están peor no me parece un buen consuelo, ni siquiera un malo.


 

Para Baseball no dejen de ver Cross Game (Adachi, 2009) y los dejo con el tema de salida de Arakawa under de bridge. Ambas cosas creo que mejoran prácticamente cualquier día.


 

Hoy soy más caricatura que ayer. Voy de reversa. Ni hablar mañana será otro día.


 

Estamos en contacto.

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