La ficción francesa

Florence Cassez es una mujer delgada de cabello largo, ondulado y algo crespo. Tiene una cara pequeña con pecas en las mejillas y unos labios que sin ser gruesos, con el lápiz labial adecuado encuentran una forma atractiva. No es muy alta, infiero que mide menos de un metro setenta, tiene ojos color lavanda y cuando inclina la cabeza hacia el lado derecho y sus párpados parecen húmedos de lágrimas creo que existen muy pocas cosas sobre la faz de la tierra que se le puedan negar.


No es que sea una mujer guapa (diría mi abuela: “no es fea”) pero con la fotografía, el maquillaje y el peinado adecuado parece una chica (aunque en realidad tiene 36 años) que no rompe un plato. Sin embargo para quienes no estén enterados Florence es una presunta secuestradora. Ella dice que siguió al amor de su vida (un mexicano) al país dónde ahora se encuentra encarcelada (México), y él, con engaños, la envolvió en los crímenes que se le acusan.

El mismísimo presidente de Francia parece dispuesto a mover cielo y tierra para que la supuesta criminal regrese a suelo galo. No es que el sistema mexicano de justicia sea el mejor del mundo. La mayoría de sus integrantes o son ineptos, o corruptos o tristemente no cuentan con el apoyo para hacer su trabajo. No es que nunca se hayan equivocado. Las cárceles de México están llenas de personas pobres en lugar de criminales. No es raro que tras años de estar en la cárcel se liberen a unos cuantos con una disculpa por condenarlos “erróneamente”. Aún con lo anterior, todo parece indicar que Florence es culpable y su defensa se apoyó siempre en las irregularidades de su aprehensión en lugar de tratar de demostrar su inocencia. Todo parece indicar, pues, que es una criminal atrapada de manera incorrecta, pero criminal al fin y al cabo.

Sentenciada a 60 años de prisión en México, Florence está trabajando muy duro para ser trasladada a su país natal (las prisiones en México son terribles) pero si esto llegara a suceder se mandaría el mensaje de que si un extranjero comete un crimen en México lo peor que le puede pasar es regresar a su país (aquí simplifico el asunto porque Florence sí tendría que pasar tiempo en la cárcel en Francia si llegara a ser extraditada). De hecho hay crímenes que merecen la deportación, como el robo o fechorías menores. ¿Para qué quiere un país presos extranjeros cuando puede tener hechos en casa? Pero en este caso los secuestrados que siguen con vida y que son mexicanos buscan que la justicia se de dónde ellos mismos fueron maltratados, violados, cercenados.

Florence es probablemente una Femme Fatal, la imagino gritando a una secuestrada que no se le insinuara a su novio (el líder del grupo delictivo) y después acercándose a él para ser besada, tal como en las películas.

No entiendo como el Presidente de Francia gasta tanto dinero, tiempo y esfuerzo en Florence. ¿Será porque “no es fea”? ¿Será porque de verdad no quiere que haya criminales franceses fuera de casa? ¿Será porque no hay pobreza ni problemas económicos en el país galo y no saben qué hacer con el dinero?

Lo cierto es que el exterior poco tiene que ver con el interior. Las chicas y chicos que buscan intereses románticos en personas “bonitas” después de un tiempo se preguntan porque han tenido tan mala suerte en el amor. Si bien es cierto que el amor entra por los ojos hay que saberlo filtrar por la razón. Me pregunto con muchísima preocupación que si Florence estuviera del traste (otra frase de mi abuela) ¿estaríamos hablando de ella ahora? México preparó un enorme despliegue cultural porque se suponía que este año iba a ser el año de México en Francia, hasta que el Presidente Francés (Nicolas Sarkozy) dijo que el festival se lo dedicarían a Florence, lo que lo convertiría en un magno evento dónde artistas mexicanos, patrocinados con dinero del gobierno mexicano (es decir, por todos los mexicanos) le rendirían tributo, en Francia, a una presunta criminal francesas que secuestró mexicanos, criticando con fondos y en representación de todos los mexicanos uno de los pocos casos dónde parece que la justicia castigó a los verdaderos culpables. No me consta que Florence es culpable pero me consta que es una Femme Fatal.
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