La derrota

Cuando competimos, cuando nos enfrentamos a cualquier cosa, la derrota es uno de los resultados posibles. Muy pocos la estiman y sin embargo camina a nuestra diestra a cada momento. Hay clásicos que incluso definen a la muerte como la derrota de la vida, si ese es el caso, nacemos derrotados.



¿Pero hay valor en la derrota? ¿Hay en esa cara de tristeza y frustración que la acompaña algo positivo?, muchos dicen también que para triunfar primero hay que ser derrotado, se dice que quien es derrotado lo ha sido porque ha tenido miedo de enfrentarse de corazón, hay quien dice incluso que se aprende más de las derrotas que de los triunfos.


Por otro lado se dice que el mundo es de los triunfadores ¿cierto?, ¿conoceríamos a Bill Gates si no hubiera aplastado a sus contrincantes? ¿A Lance Armstrong si no hubiera derrotado a tantos ciclistas durante tanto tiempo? ¿a la selección de Brasil si no fuera un equipo triunfador? ¿a cualquiera de los países de América si no hubieran triunfado en sus respectivas guerras de independencia?


¿Cuál es el nombre de la persona derrotada que recuerdan más? ¿Dan Marino que triunfo en muchas cosas pero nunca en un Superbowl? ¿Los Cachorros de Chicago que nunca han ganado una serie mundial? Creo que para ser un derrotado famoso primero se tiene que ser una promesa de triunfador. Todos los derrotados que conocermos llegaron un punto en su esfuerzo, en su poder, en su habilidad que les permitió llegar tan solo a un escaño de lo que algunos erróneamente llaman “triunfo”.


¿Sabe alguien de un equipo que Soccer que intentó formarse pero se frustró en la primera junta?¿saben del boxeador que perdió sus primeras 10 peleas y después se dio por vencido? Las derrotas prematuras no pasan a la historia pero las grandes derrotas pueblan el mundo de los héroes melancólicos. No es una cuestión del “ya merito” sino de llegar hasta dónde la pasión y la fuerza nos lleven.


¿Se puede culpar a alguien por ser derrotado cuando lo ha dado todo?¿se aprende algo de eso?


Lo que quiero decir es que acepto como una verdad universal lo que dijo Jim Lobardy “Ganar no lo es todo, es la única cosa”. Me explico: hay que triunfar en la arena que nos hayamos decidido a triunfar, en la arena de lo relevante. Se puede perder en un juego de cualquier deporte pero dónde no se debe perder es en la cancha de integridad, de nuestros sueños y objetivos finales. Los derrotados en las grandes confrontaciones históricas quizá ganaron en otro campo más intimo y quizá mucho más significativo: en sus valores, en su amor, en su propia conciencia y si no ganaron ahí muy posiblemente su confrontación fue errónea. Sin embargo, si ese es el caso, es mucho mejor perder que ganar por los motivos equivocados. Porque una victoria equivocada no solo nos engaña a nosotros mismos sino a los demás y pocas cosas más tristes como vivir en el engaño.


Mi punto que es que la derrota no es una compañera terrible y desdichada sino que vista desde otro punto de vista es una amiga a veces salvajemente sutil que nos puede ubicar en el camino adecuado y sobre cualquier otra cosa nos hace preguntarnos sobre la verdad y honestidad de nuestros sueños. Es decir, el triunfo histórico no es nada, sin la verdadera victoria, que es la victoria personal.

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