La última oferta

El Domingo me recibió con la incertidumbre de haber comprado unas impresiones de los bocetos de Matsumoto-sensei que no quería transportar así nada más porque seguramente se iban a maltratar. Así que tenía que volver a salir, para comprar un portafolio para llevarlas a casa. Me levanté a las 6 de la mañana. No solo era ese problema el que me aquejaba sino que tenía que empacar también todas mis pertenencias porque antes de irme a la expo tenía que dejar en recepción mi equipaje pues la habitación había que desocuparla antes de las 12pm.


Horas en guardar todo en su lugar, y después mi marcha hacía algún lugar que estuviera abierto porque ustedes sabrán que el 4 de Julio en Estados Unidos es un día feriado así que prácticamente nadie trabaja. Fue algo interesante porque cuando fui a comprar el eliminador de batería para la computadora en Office Depot dos días antes me fijé que tenían un horario de 10 a 6pm para el Lunes cosa que en circunstancias normales no importaría sin embargo, el hoy después de caminar dos cuadras y darme cuenta de que la papelería que tenía en mente estaba cerrada me di cuenta que en ocasiones el azar funciona a nuestro favor. Por lo menos ya sabía de un lugar no tan lejano dónde podrían tener lo que buscaba.

Los mapas virtuales son una maravilla, pero no son perfectos. En el DF por ejemplo son inútiles porque su realidad (la de México) es imposible por tanto su realidad virtual también lo es. Con cientos de calles que se llaman igual, con numeraciones aleatorias que más que una secuencia lógica parecen un acertijo que con harta astucia los diseñadores de la ciudad hubieran escondido en ella, quien logre descifrarlo podrá descifrar también a la ciudad sin respuesta. Pero estamos en Estados Unidos se supone que los mapas virtuales funcionan mejor, y de hecho si funcionan mejor. Sin embargo hay algo que no reflejan: el entorno.

Espere el autobús y me subí en él, a pesar de que la conductora hizo un pequeño drama también hizo su trabajo y me vendió el pase que me tenía que vender y yo me bajé en dónde me tenía que bajar, di unos cuantos pasos y no me sentí cómodo, me sentía observado y parecía estar fuera de lugar. Tardé unos instantes en darme cuenta que había mucha gente de color, algunos de ellos sentados en las aceras. Otros recargados en la pared observando. Ninguno parecía muy elegante, todo lo contario. Había un grupo muy sospechoso por dónde quería ir, mejor dí la vuelta pero de pronto fui el único morenito caminando entre muchos afroamericanos que no parecían muy amistosos. La regla número uno en estos casos es mantenerse tranquilo. Asi lo hice. Hasta que pude encontrar a dos señores latinos y caminé despistadamente detrás de ellos. La causa de ese olor a sudor rancio que cubría esas calles se debía a que cerca de ahí hay un albergue para desposeídos y por lo tanto los vagabundos del centro de Los Ángeles se apiñan a su alrededor. Después sigue un barrio latino en dónde los transeúntes tampoco tienen cara de muchos amigos. Varias cuadras más adelante está el pequeño Tokio cuyo ambiente es radicalmente distinto.

A pesar de la emoción de haber conocido este lado de la ciudad, me dolió perder tanto tiempo en caminar para rodear esas zonas peligrosas. Nada de eso decía en el mapa. Por fin llegué a Office Depot y resulta que no tenían lo que buscaba, compre una botella de agua y algo para improvisar y en esta ocasión me fui caminando al hotel, me iba a tardar un poco más pero al menos sabía cuánto tiempo. Ya ni les platico que me equivoqué al elegir un camino y me tuve que saltar una reja. El resultado del asunto fue que llegué tarde, cansado y sudado a la expo. Junto con mi amiga traductora fuimos nuevamente a los stands para saludar a unos chicos de una cadena de televisión japonesa, a una agencia de actores de voz y por mi parte para comprar uno de los libros que durante mucho tiempo había querido comprar. Hace dos años fue Akemi Takada a la anime expo y firmo varios de sus libros Madonna, que son dibujos encantadores con imágenes de Kimagure Orange Road. Igualmente, como casi todo lo que hizo Izumi Matsumoto, los estuvieron vendiendo para donar las utilidades a Japón, así que me compré uno autografiado por la directora y diseñadora de personajes de una de mis series favoritas. No comentaré cuanto me costó pero lo que si comentaré es que un precio, mucho, mucho, más bajo de lo que cualquier otra cosa que se vendió en la subasta a la que después asistí y técnicamente es el penúltimo evento. Hubo cosas que se vendieron en más de 1000 dólares como un dibujo del maestro Mizushima de Gundam00 firmado por él. Había uno a color del maestro Matsumoto que se vendió en más de 300 dólares. Por supuesto que no compré nada de eso.

Una vez terminada la subasta, se llegó el momento de la clausura el maestro Mizushima rellenó el otro ojo al Daruma, todos dieron un mensaje y se acabó.

La depresión post-convención en este caso fue terrible, conocí a personas increíbles y estuve rodeado por personajes todo el día y de pronto la soledad de la parada del autobús que me llevaría al avión. Los pasos que se alejan cuando realmente se quieren quedar. El día que se esconde tras los altos edificios del Centro de Los Ángeles. Los fuegos artificiales del 4 de Julio. El avión que asciende lentamente. La realidad que se convierte en otra mientras cierro los ojos para confirmar que los sueños son otros y no esa melancolía de la distancia. Solo en este momento comprendo que la Anime-expo ya se acabó.

Hablaremos de muchas, muchas, cosas más. Estén al pendiente.

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Comentarios

  1. Ahhhhhhhh y se acabo la travesia de subtiempo por EEUU, espero q te haya ido superr y q hayas disfrutado mucho, tambien espero con pacienca tus comentarios en vivo y en directo sobre la anime expo en general, lo bueno, lo malo,lo gracioso y lo curioso---- y algo mas..... gracias por el cubrimiento q has hecho, siempre es bueno leer la opinion de alguien tan sabio como es subtiempo---

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  2. Y al pendiente estaremos, al parecer fue todo un exito la anime-expo, habra que ir a la proxima XD

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  3. podes creer qe a mi me pasa lo mismo cuando voy a los eventos de mi pais, argentina??? al irme de mi casa, no veo la hora de llegar ahi. la felicidad y la ansiedad me van a mil por hora. cuanto entro, me arrodillo y respiro el aire qe no puedo respirar afuera. la paso genial, recorro los lugares uno por uno, veo a los cosplayers, almuerzo comidas riquisimas, etc. pero a la hora de irme, por dentro, me siento destruido, esto ocurre porque los eventos son como mi segundo hogar. no querria irme nunca de ahi, pero lamentablemente, al irme d ahi, debo regresar a la estupida realidad d mi pais. y regresar tambien a mi maldito colegio en el cual practicamente hay 3 otakus, contandome. a todos los demas les gusta el reggaeton o gayber. ver todo eso m enferma y luego pienso por dentro."estos son los momentos en los qe quisiera irme a los eventos" es realmente frustante por dentro.

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