Ridículamente extraño


Hace algunas semanas conocí a un chico que es un estupendo deportista, es popular con las mujeres y me acabo de enterar que estudia en una de las mejores universidades a nivel mundial en una carrera bastante difícil. Así que además de todo lo anterior es o ridículamente rico o ridículamente inteligente, o lo que sería peor: los dos.
Esa frase "ridículamente rico o ridículamente inteligente" me la he repetido varias veces desde hace varios días. Me sonaba algo fuera de lugar. A decir verdad creo que nunca me había encontrado en español con una frase así. Dicho de otra manera en español no usamos ridículo (que significa: que por su rareza o extravagancia mueve o puede mover a risa) cuando tratamos de de modificar los adjetivos de manera superlativa. Es más fácil decir "inteligentísimo" o "desproporcionadamente rico".
La frase suena con más sentido en inglés "ridiculously rich" sin embargo no es algo que se diga todo los días incluso en el idioma sajón y a pesar de mi gusto por ver películas y tratar de atrapar las palabras que pueda, no creo que la haya escuchado muchas veces. Entonces ¿de dónde viene esa frase? Si no es común en español, ni demasiado en inglés (aunque debo de aceptar que una búsqueda en google trae 170,000 entradas)... ¿en dónde la escuché?...
No había pensado en eso, para ser honesto, simplemente pensaba en la frase pero no me preocupaba de dónde venía, o mejor dicho, no me preocupaba en dónde la había escuchado, nuevamente corrijo, no me preocupaba en dónde la había escuchado lo suficiente para que se quedará grabada en mi inconsciente de una manera tan permanente que ahora la quisiera utilizar.
Todo esto, como decía, lo pensé a posteriori, una vez que hube, sin preguntármelo, encontrado el lugar de dónde saqué la frase. La respuesta a esta pregunta que no me hice, vino también, a su modo, sin proponérselo.
Tengo la mala costumbre de comprar animé original. Antes me era imposible. Nunca he tenido mucho dinero, por supuesto cuando era mantenido por mis amorosos padres tenía mucho menos. Y veía el animé que podía. Incluso iba a los famosísimos tianguis a comprar piratería. Con el tiempo he sido bendecido con un trabajo que no paga tan mal y estoy en la posición de comprar algo de animé y apoyar de esta forma a la industria. El argumento es conocido y obvio: si alguien hace un producto que no se vende, el producto deja de hacerse. Si se compra un DVD de animé y se hacen 1000000 copias piratas, ese animé no producirá un nuevo DVD. En ocasiones los animés que me gustan ni siquiera se venden en occidente, así que compro el DVD japonés (http://www.cdjapan.co.jp/) y después descargo sin ningún remordimiento la versión fansub.
El DVD no fue nada barato, pero pensando que es una serie que todavía no entiendo a cabalidad me amarré la cartera y desembolsé la nada despreciable cantidad. Salió a la venta a mediados del mes pasado, así que tardo algunas semanas (menos de las que pensé) en llegar a mi tranquilo domicilio. Llegó el viernes y hoy bajé la versión fansub para verlo. Y ahí estaba, muchas veces repetida, esa frase de "ridículamente esto o aquello" y no me quedó la menor duda de que esa frase la había aprendido de ahí. No deja de sorprenderme como, aunque sea en pequeñas muestras, aprendemos de todo lo que vemos, escuchamos y leemos. Y mucho más cuando nos interesa o nos incita.
¿El DVD? La desaparición de Haruhi Suzumiya, por supuesto. Tan extraña que todavía no sé si me gusta o no.
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