Los recuerdos
Hola
No se si ya he escrito esto alguna vez en el blog. Los recuerdos son parte fundamental de la filosofía japonesa. En casi todas las animaciones y mangas encontraran referencias a ellos. Y es que los recuerdos son la única prueba válida de que la vida no comenzó en este instante, son marcas que nos indican el camino que ha sido recorrido porque, pensémoslo bien. Si nos enseñan una fotografía en donde nos encontramos nosotros en algún lugar o con personas que no conocemos ¿no es cierto que dudamos de su autenticidad en primera instancia? Esto también debería ser igualmente válido para el vido. El viejo dicho de veer es creer poco a poco pierde vigor en un mundo dónde lo que se ve no es siempre lo real. Y así en este mundo de imágenes nuestros recuerdos, el estar seguros de que estuvimos en tal o cual lugar es la única certeza de haber estado allí.
Ese es un gran merito de los recuerdos, el otro tiene que ver con su valor. Los malos recuerdos nos indican el camino que no tenemos que seguir, las cosas a evitar, el aprendizaje de nuestros errores. Estos recuerdos como historia nos ayudan avanzar en lugar de retroceder, en poder ver tan solo un poco más lejos que nuestros predecesores, tan solo un poco más lejos pero lo suficiente para seguir adelante.
Si los recuerdos son buenos, los conservamos como un tesoro mental inmaculado que habrá de cobijarnos con su calidez en cualquier noche fria y solitaria, en un día nublado, en un lunes por la tarde.
Los japoneses saben todo esto, porque se ven claramente desde el primer día en que llegaron a la isla en dónde viven. En cambio en latinoamérica dónde no tuvimos un inicio claro en muchas ocasiones interpretamos los recuerdos como algo doloroso, un equipaje punitivo, una carga pesada que preferimos dejar en cualquier parte, en la cantina, en el anonimato, en el rencor en lugar de interpretarla y valorarla.
Pero decía, en Japón se vive el día de hoy con la ilusión de hacer buenos recuerdos, que en otras palabras significa, vivir de la mejor manera en que podamos vivir, sembrar lo mejor que podamos sembrar, para que el día que volteemos econtremos el hermoso jardín del momento aprovechado al máximo. Es decir ser felices hoy para mañana ser felices.
Que tengan un fantástico fin de semana
Estamos en contacto
No se si ya he escrito esto alguna vez en el blog. Los recuerdos son parte fundamental de la filosofía japonesa. En casi todas las animaciones y mangas encontraran referencias a ellos. Y es que los recuerdos son la única prueba válida de que la vida no comenzó en este instante, son marcas que nos indican el camino que ha sido recorrido porque, pensémoslo bien. Si nos enseñan una fotografía en donde nos encontramos nosotros en algún lugar o con personas que no conocemos ¿no es cierto que dudamos de su autenticidad en primera instancia? Esto también debería ser igualmente válido para el vido. El viejo dicho de veer es creer poco a poco pierde vigor en un mundo dónde lo que se ve no es siempre lo real. Y así en este mundo de imágenes nuestros recuerdos, el estar seguros de que estuvimos en tal o cual lugar es la única certeza de haber estado allí.
Ese es un gran merito de los recuerdos, el otro tiene que ver con su valor. Los malos recuerdos nos indican el camino que no tenemos que seguir, las cosas a evitar, el aprendizaje de nuestros errores. Estos recuerdos como historia nos ayudan avanzar en lugar de retroceder, en poder ver tan solo un poco más lejos que nuestros predecesores, tan solo un poco más lejos pero lo suficiente para seguir adelante.
Si los recuerdos son buenos, los conservamos como un tesoro mental inmaculado que habrá de cobijarnos con su calidez en cualquier noche fria y solitaria, en un día nublado, en un lunes por la tarde.
Los japoneses saben todo esto, porque se ven claramente desde el primer día en que llegaron a la isla en dónde viven. En cambio en latinoamérica dónde no tuvimos un inicio claro en muchas ocasiones interpretamos los recuerdos como algo doloroso, un equipaje punitivo, una carga pesada que preferimos dejar en cualquier parte, en la cantina, en el anonimato, en el rencor en lugar de interpretarla y valorarla.
Pero decía, en Japón se vive el día de hoy con la ilusión de hacer buenos recuerdos, que en otras palabras significa, vivir de la mejor manera en que podamos vivir, sembrar lo mejor que podamos sembrar, para que el día que volteemos econtremos el hermoso jardín del momento aprovechado al máximo. Es decir ser felices hoy para mañana ser felices.
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