Llegué al fin de semana


Hola

Lectora, lector querido, me sorprende haber llegado al fin de semana con un humor bastante pasable. Las cosas cotidianas son pequeñas pero van minando poco a poco nuestra energía y nuestro ánimo. Pequeñas tragedias que vistas en perspectiva no son nada, pero en su momento soy causantes de dolores incalculables pero breves. Que te regaña el jefe, que te peleas con la novia, que se te perdieron las llaves, se te descompuso el coche. Cosas que no tienen importancia si las comparas con los grandes eventos de la vida como, paradójicamente, la muerte, el rompimiento de una relación de largos años y este tipo de finales abruptos, irreversibles e irreparables. Grandes tragedias, si parafraseamos a Charles Dickens.

Ignoro cuál de este tipo de tragedias es más importante y lo que es mejor de esto no se trata esta entrada porque no nos vamos a deprimir.

¿Y si mejor escribo un relato erótico? No, ni pensarlo. Aunque estoy consciente que si me pulo subiría el número de adeptos a este blog, creo que no podría escribir algo que mis papás no leerían, por lo menos por cuestiones de pudor.

Mientras esto escribía entre a Youtube para buscar un video que tuviera que ver con el destino, no se algo como ese caso años atrás cuando un hombre estaba muy triste por sus severos ataques de epilepsia. Dichos ataques no le permitían vivir la vida a plenitud, pues le ocurrían en cualquier momento. Incluso se le dificultaba trabajar, imagínense que están en la oficina y de repente se empiezan a sacudir de forma compulsiva, y no pueden controlarlo. Les aseguro que muy pocas oficinas los contratarían y mucho menos podrían emplearse en un puesto que exigiera un trabajo físico, pues podrían lesionarse. En aquel entonces no había los medicamentos que ahora pueden controlar mejor la enfermedad y ahora un ataque de epilepsia se ve como una enfermedad común y no como una cuestión casi, casi de hechicería como lo era hace algunos pocos años.

Imagínense que están con una chica a la que pretenden y de repente se empiezan a retorcer en trance, sería difícil encontrar una chica que nos aceptara así.

Pues el hombre de quien narro vivía ese tipo de vida y tan desconsolado estaba que quiso suicidarse. Compró un arma, la cargó, se puso el cañón en la boca, apuntó hacia arriba y jaló el gatillo. Lo siguiente que supo es que estaba en el hospital y que nunca más le dieron ataques de epilepsia. La bala dañó precisamente la zona del cerebro que le ocasionaba dichos ataques. No solo sobrevivió a una muerte segura, sino que desapareció la causa de su dolor.

Para mí eso va más allá del destino y se anida en el amor Divino, sin embargo la anécdota viene a cuento porque decía yo que entré a Youtube y encontré este magnífico proyecto http://www.youtube.com/lifeinaday que se trata que un montón de gente de todas partes del mundo filmen cualquier cosa el día de mañana, de sus vidas cotidianas o de su vida extraordinaria y con estos pequeños trozos de vida de gente de todo el planeta crear un mosaico, una película como un resumen (incompleto como todos) de la vida, de la vida de la gente en este lugar y en este tiempo. En la página vienen las instrucciones de cómo participar. Por muchas razones creo que deberíamos de hacerlo. Yo me voy a apuntar. De las razones para hacerlo, escribo mañana. Un unos instantes subo el video del día de hoy.


Todo esto viene a colación por que una cosa es lo que queremos hacer y otra cosa lo que hacemos. Justo como me pasó en esta entrada.

Feliz fin de semana



Soberbia canción. SaveMe








La película de las casualidades o del destino. Magnolia


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