La imagen en código -parte 6-
Apenas
había cambiado la imagen de mi escritorio cuando sonó el teléfono. Era Cristina
quien estaba preocupada por todo el incidente y quien me prometió “premiarme”
cuando nos viéramos, ella quedó muy formal, de pasar por mí a las 6pm y todo el
asunto, en serio que se me hizo menos pesado, aunque tuve que empezar desde cero
varios de mis proyectos. Marina me vio con desconfianza todo el día.
A las 9pm
mi novia amada, me dejó a la puerta de mi casa, me pasé los dedos por los
labios para confirmar que ya no tenía lipstick y entré. Mis papás estaban
preparando un viaje a Jalapa, Ver. Salían a las 11pm. Una de sus tías estaba
enferma y seguramente no estaría en este plano físico por mucho tiempo más. A
esta tía tan brusca y poco cariñosa como era y a quién vi si acaso unas 10
veces, es a quién le debo la vida de mis padres.
No sé dónde
estaba pero el cuerpo de Cristina se deshacía entre mis brazos. Nunca la había
abrazado tan fuerte ni su piel se había sentido tan suave, sus labios tan
dulces. Unas aves trinaban a lo lejos haciendo un sonido agradable pero cada
vez más fuerte. Abrí los ojos y estaba babeando sobre mi almohada a la que
abrazaba fuertemente. Mi celular sonó. Desde que lo mencionaron en una película
siempre me he preguntado cómo hace el cerebro para allegarse de unos instantes
de futuro cuando dormimos. Mi celular no estaba sonando cuando desperté sino
que empezó a sonar breves instantes después de que lo hice. Claro que lo más
probable sea que el cerebro interpreta los hechos de una manera diferente a la
que ocurren, es decir que yo piense que desperté un segundo antes pero en
realidad lo hice un segundo después. Este último comentario no tiene que ver
con nada, pero ayuda a darle a mi narración un cierto enfoque metafísico y
transcendental que de otra forma no tendría porque yo no tengo nada metafísico
o trascendental.
La llamada
era de la policía, quienes al parecer, habiendo investigado a fondo y usando
los recursos a su disposición habían encontrado mi auto.
-¿No podría
ir como a las 7am?-
- Como
quiera joven pero yo a esa hora salgo y siempre hay problemas con el cambio de
turno-
-No, no, no
voy en unos instantes-
-Aquí lo
esperamos-
Pedí un
taxi por teléfono y a las 3 am me encontraba en la delegación.
-Disculpe
me hablo el comandante XXXXX por lo de un auto que encontraron- Le dije al polí
en informes. Este es el momento de hacer dos anotaciones más que pertinentes.
La primera es que en la delegación a todo mundo hay que decirle comandante o
licenciado porque las personas encargadas de nuestro sistema de seguridad
pública son todos ellos almas sensibles que se desviven por garantizar el
bienestar de los ciudadanos con una paga magra, y por lo tanto, lo que
corresponde a los ciudadanos, en una forma de compensación extra-nominal, es
tratarlos con un gran respeto y profundo honor, así que cosas que en la vida
común son irrelevantes, como el título, para ellos es fundamental. Referirse a
cualquier polí como “comandante”, o ya en un gesto muy despectivo “oficial”, es
lo menos que el patriotismo exige de los ciudadanos de a píe, y si la nación
así lo exige, los polís igualmente lo exigen so pena de que te ignoren o
conviertan tus trámites en un infierno, o ambas. La segunda nota es que en este
documento, como ya se han dado cuenta, estoy tratando de decir nombres y
apellidos de las personas, no porque yo sea particularmente valiente, sino todo
lo contrario, porque si algo me pasa, el mundo, alguien, espero, sea capaz de
reconstruir mi historia, y en un arranque de franco idealismo que llega a
virulenta imaginación, se haga justicia. A pesar de lo anterior no he querido escribir
el nombre del polí en cuestión sencillamente porque no me acuerdo y no he
querido inventar ;).
El poli de
informes me echo una mirada y me dijo escuetamente
-Por favor
espere su turno- Uno podría pensar que a las tres de la mañana no hay mucha
gente haciendo fila para trámites en la delegación, pero ahí podrán notar
ustedes mi falta de experiencia en estas cosas. La delegación estaba llena y el
tiempo de espera no parecía nada prometedor.
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