La imagen en código -parte 5-

Con la luz todavía en rojo, bajó los cristales estrellados por los disparos y dejó que el aire tibio de la noche bañara los asientos de piel. Cuando la luz se puso en verde con flecha las camionetas de los lados tomaron las calles perpendiculares y la camioneta trasera y el Audi siguieron derecho hasta la siguiente cuadra en dónde la camioneta dio vuelta a la izquierda y el A6 hizo lo mismo 3 cuadras más allá.

El cadáver de Héctor nunca apareció. Al pasar de los días su amante y su esposa avisaron, por separado, de su desaparición a la policía quienes le dijeron a la esposa que se había fugado con su amante y a su amante que se había fugado con la esposa. Cuando ambas en su desesperación se encontraron (pues estaban muy enamoradas de ese buen hombre) fueron a la delegación juntas y la policía aprovechó para informarles que en efecto un individuo a quien las mujeres vieron solo a lo lejos, atrás de un cristal, le había querido robar el auto, Héctor se resistió y el hombre encerrado del otro lado de la larga oficina, quien parecía más asustado que peligroso, lo había apuñalado 7 veces, una vez consumado el crimen quemó el cuerpo, a lo que quedó le puso ácido y a lo que quedó del ácido lo esparció en el basurero municipal, así que además de asesinato en segundo grado también lo habrían de procesar por desecho ilegal de residuos tóxicos, lo que le aseguraría una pena de 141 años . También prometieron a las deudas que harían lo posible por recuperar el auto (¿en dónde había oído eso?), la justicia sería servida.

No sé si Héctor fue un buen hombre, pero dejó buenos seguros de muerte para las mujeres “oficiales” de su vida y tanto esposa como amante se dieron por bien servidas también y el caso fue cerrado. En las noticias encabezados como “No suelta Audi y lo balean”, “La amante nota la desaparición del profesionista asesinado” fueron lo común en aquellos días.

Desconozco los devenires del cuerpo de Héctor y su destino final y no me interesa, siempre y cuando no me pase lo mismo. Mi preocupación principal es por mis papás, creo que sufrirían mucho si yo apareciera colgado de un puente o de plano no apareciera. Si voy a dejar de existir, y lo digo en serio aunque sea lugar común, quisiera que ellos vivieran una vida feliz. El destino, por supuesto, no está sujeto a nuestros deseos o necesidades.

El tipo de sistemas me interrumpió cuando Ida pierde su sombrero mágico a manos de un cuervo travieso -¡que inoportuno!- pensé (el de sistemas, no el cuervo), pero en cambio le sonreí. Firma mía, firma de jefa, copia del reporte de robo, blah, blah, blah. La computadora era más lenta que la que perdí pero al menos ya tenía algo con que trabajar.

Apenas había cambiado la imagen de mi escritorio cuando sonó el teléfono. Era Cristina quien estaba preocupada por todo el incidente y quien me prometió “premiarme” cuando nos viéramos, ella quedó muy formal, de pasar por mí a las 6pm y todo el asunto, en serio que se me hizo menos pesado, aunque tuve que empezar desde cero varios de mis proyectos. Marina me vio con desconfianza todo el día.