Tatami Galaxy (Cal 8)

Watashi (Yo en japonés) acaba de ingresar a la Universidad. Un abanico de emocionantes opciones se despliegan frente a él. La vida que siempre soñó está al alcance de su mano. Su futuro depende de una decisión jovial pero importantísima, debe elegir el Club al que quiere inscribirse.


Dos años pasan en unos cuantos segundos. Y al cabo de este tiempo Watashi se pregunta si de verdad tomó la decisión adecuada y es ahí dónde lo encontramos evaluando su futuro a la luz de su pasado. Si piensa que pudo haber elegido mejor podrá regresar y hacerlo de nuevo.

Por más que la anécdota suene sencilla es todo un caos narrativo que Masaaki Yuasa (Kiba, 2008) propone de manera innovadora. No solo la serie tiene personajes extrañísimos sino que su estructura es igualmente anormal. Seis capítulos nos muestran qué hubiera pasado si el chico hubiera entrado a un club diferente. Desde el club de cine hasta el club de ciclismo. Otros tres capítulos son destinados a qué hubiera pasado si se decidiera por alguno de sus tres grandes amores en esos dos años: una muñeca, una chica mayor, una novia por correspondencia, por supuesto esta decisión también involucra inscribirse a un club distinto. Y los dos capítulos finales que nos hablan de qué hubiera pasado si no se hubiera inscrito a ningún club y tienen como escenario su sencilla (aquí realmente nada es sencillo) habitación de cuatro Tatamis y medio.

La estructura no es muy novedosa en sí misma, aunque no deja de ser poco común. Lo novedoso es que con cada iteración del guión vamos aprendiendo un poco más a cerca de los personajes. De tal suerte que al final aunque vimos varias versiones del pasado en realidad simplemente descubrimos diferentes aspectos de los personajes. Clave a clave, actitud por actitud en cada uno de los diferentes escenarios conocemos al mejor amigo/enemigo del chico, a su “maestro” que es un “fósil” universitario que lleva ocho años sin terminar su licenciatura, y a algunos más. Estoy seguro que narrativamente es un reto plantear personajes que podrían parecer diferentes en diferentes versiones de la historia pero hacer que al final sean congruentes y completos. Así que por ahí Tatami Galaxy hace un trabajo fenomenal.

Parte de lo mismo son los diálogos caóticos y rapidísimos, un diseño de personajes que tiende al surrealismo, con trazos sin ningún detalle y con una paleta de colores de una sobriedad alarmante que raya en el blanco y negro. La vida universitaria en Japón dista mucho de ser la misma en los países de Latinoamérica. Así que Tatami Galaxy no es precisamente una serie con la que nos podamos identificar de primera instancia. Algunos asuntos de la historia como “los policías de bicicletas”, una especie de grupo para-policiaco que retira las bicicletas estacionadas ilegalmente, nos son absolutamente ajenos aunque otros, como el puesto callejero Ramen (que posiblemente usa gatos como su ingrediente principal) puede encontrar su símil en los múltiples puestos callejeros de sublime sabor pero dudosa procedencia (por decir lo menos) que abundan en nuestra tierra. Con todo, es una serie difícil que exige atención plena, cierto entendimiento de la cultura japonesa y que ingresemos a ella sin ningún prejuicio.

En resumen Tatami Galaxy (2010) es una serie de autor, basada en la novela homónima de Tomihiko Morimi, fue premiada en Japón por sus méritos artísticos. Es difícil de asimilar, densa, pero con muchas vertientes una vez que la entendemos (lo cual, confieso, no es sencillo). Los estudios Madhouse tienen series famosísimas pero es alentador que también abran sus puertas a animaciones diferentes. Creo que ahora nos toca a los espectadores hacer lo mismo.

Estamos en contacto

Comentarios

Entradas populares de este blog

Iriya no Sora, UFO no Natsu (Cal. 8)

Fe de erratas de Cineti-K y distancias

Los puntos cardinales del Edén