Denpa Onna to Seishun Otoko (Cal 8.5)

El chico animoso y la chica tocadiscos (Iruma-Shinbo, 2011) literalmente “La mujer de onda eléctrica y el hombre jovial”, es una serie de esas que pasan desapercibidas sin motivo alguno. Tiene cinco personajes interesantes, una trama que cautiva (si acaso no es demasiado innovadora) y una ejecución muy efectiva.


La trama en primera instancia podría parecer de lo más común: chico se muda a la ciudad y comienza a conocer chicas. Pero me parece que en este caso los personajes toman el liderazgo: Makoto es un chico inteligente sin serlo demasiado pero lo más refrescante es que es una persona prácticamente sin traumas ni problemas. Ha vivido una vida bastante normal y su meta es disfrutar plenamente su adolescencia.

Su tía es una mujer de 39 años que actúa la más de las veces como una adolecente y su hija (la chica tocadiscos) Erio es una chica que vive su vida envuelta en un futón (colcha o colchoneta occidentalmente hablando), y quien se dice una extraterrestre. La historia de Erio es intrigante y la de Makoto intentando ayudarla a superar sus problemas es también una historia de descubrimientos. Esta parte por supuesto es muy similar a The Martian Child (David Gerrold, 1994) pero el diseño de personajes que raya en lo moe por el lado estético, le da nuevos vuelos. Otros personajes femeninos igualmente complejos aparecen en escena: Ryuuko quien es una chica cuyas excentricidades en diálogos y actitudes son divertidas y a quién Makoto sigue el juego por lo que inmediatamente se hacen amigos. Un personaje más es Maekawa quien es alta y con mucha gracia pero tampoco se deja vencer por la normalidad, entre otras cosas es prácticamente adicta al cosplay y a pesar de parecer fuerte solo le basta levantar los brazos unos segundos para desfallecer. Makoto también le sigue el juego, lo cual suena a buen discurso sobre la tolerancia porque al parecer ninguna de las dos chicas realmente tienen muchos amigos, pero él se sumerge en su mundo y su premio es descubrir a personas interesantes, leales y por si fuera poco bien parecidas.

Además de este hilo conductor también está la idea de los aliens que se tiende sobre la trama con mucho más fuerza al principio para sembrar la duda de si Erio es en verdad una extraterrestre o simplemente una chica que trata de huir de la realidad. Y aunque esto parece resuelto para la mitad de la serie, justo en los capítulos finales vuelven a la incertidumbre.

La primera mitad de la serie es muy buena, lo que podríamos llamar el arco de Erio, cuando la historia se mueve a la relación de Makoto con Ryuuko cae un poco en ritmo y fuerza pero se recupera mientras se acerca a Maekawa y a un nuevo personaje que aparece casi al final. La música es eficiente, la animación de primer nivel y el diseño de personajes muy de los 2010s y de una calidad envidiable.

Quizá lo más rescatable de la serie es que nos muestra que no es necesario caer en los gags comunes para ser divertida y romántica, que no es necesaria la exageración para ser emocionante, que no es necesario ser pervertido para disfrutar la adolescencia. Quizá lo peor de la serie es que después de 12 capítulos bien dirigidos por el experimentado Akiyuki Shinbo (Madoka Magica, 2011) todas las preguntas siguen ahí y aunque tuvimos la oportunidad de conocer a personajes entrañables, sus vidas empezaron y terminaron en suspenso. HItoma Uruma ha escrito 7 volúmenes de la novela. El que el estudio Shaft se aventure a terminar de animarla es, como casi siempre, decisión de los aficionados. La verdad es una lástima que personajes como estos se queden en el limbo cuando algunos de los más prosaicos y simples gozan de un fervor desproporcionado. Una muestra más de que lo bueno no siempre es lo más popular.

Comentarios

  1. toda la razon, me encanto la serie , y demuestra q no es necesario caer en lo rutinario y vulgar para divertir a el espectador

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