La moraleja sin tortas

El perro de las dos tortas no es solo una leyenda, es un hecho histórico. Sin embargo más allá de la aplicación común que se le suele dar, dicha anécdota funciona también en otro nivel, menos visible pero igualmente palpable. Estoy seguro que en muchas ocasiones han visto series y películas que tratan de un triángulo amoroso. Es decir, que el afortunado o desafortunado protagonista tiene dos chicos o chicas entre las cuales elegir solo uno o una para forjar su futuro amoroso. Variantes hay un montón incluso el intrigante polígono amoroso que como su nombre lo indica incrementa el número de opciones entre las cuales elegir.



Lo anterior está muy bien. Para mi quizá la serie más poderosa en este sentido es Macross (Ishiguro-Kawamori, 1982) en la que el protagonista tendrá que elegir en una cantante famosa y una madura y solitaria oficial de la milicia. Macross te atrapa siempre y cuando aceptes el concepto de que un hombre puede amar a dos mujeres y al final tendrá que escoger a una. Sin embargo a pesar de que Macross tiene una trama excelente y maneja la premisa de manera magistral en cuestiones del amor, la solución raramente es así. Es muy curioso que dicho arquetipo dramático se ha impregnado de manera tan fuerte en nuestro inconsciente que pensamos que en la vida real, en ocasiones nos tendremos que decidir entre dos amores.


Sin embargo todo esto viene a colación para advertir al lector que cuando se encuentre ante dicha decisión del corazón la respuesta correcta el 99% de los casos no será X o Y sino Z. Me explico.


Como ya lo vimos en la fábula del perro de las dos tortas el principal problema del hambriento can no era identificar cual emparedado le gustaba más sino a cuál de las dos opciones era más sencillo renunciar.


El jamón era muy sabroso pero no tan sabroso como para prescindir del chorizo. El chorizo era muy bueno pero ¿podría renunciar al jamón?


El punto crucial de la fábula, entones, es que ninguna de las dos tortas le gustaba más al perro. En nuestro símil sentimental eso significa que nosotros no amamos a ninguna de nuestras dos opciones lo suficiente como para dejar la otra. Lo que quiere decir que solo tenemos dos opciones congruentes: la ideal y la real. La ideal es por supuesto mantener una relación con las dos opciones, yupi. La real es dejar las dos.


El abandonar las dos opciones nos brindará la oportunidad de encontrar a esa persona incomparable por quien dejaríamos todo sin siquiera dudar.


En Macross, el piloto Hikaru hace una selección que como podemos ver es la más adecuada a las circunstancias que a sus sentimientos, porque visto en perspectiva, en tiempos de guerra no se puede amar a nadie.


Así que ya lo saben, si dudan entre dos amores lo más probable es que todavía no sepan lo que es el verdadero amor.

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