Jueves de MCPlayer

Hoy tuve el placer de platicar con ustedes por cuatro horas. Me alegra mucho que me enseñen de anime y manga. Y me alegra sobre todo establecer un dialogo con gente de tantos lugares. Pero, todo tiene su precio. Ayer hablaba acerca de que la acción, es decir, el hacer las cosas tiene muchas restricciones. Entre las más tristes es que una vez que seleccionamos algo, nos estamos negando a un infinito de posibilidades. La voz popular ya lo había expresado de manera profunda y sintética "no se puede chiflar y comer pinole".

El estar con ustedes quiere decir que no estoy con otras personas, conocidas y desconocidas, amadas e ignoradas. Pero me alegra el estar con ustedes y que me permitan acompañarles. A una persona que frente a un monitor les platica cosas insulsas y comparte con ustedes algunas melodías. Creo que no hay otra cosa sino decirles gracias. Porque aquí estamos buscando la cercanía. Sin embargo una vez que la aplicación que utilizamos para transmitir cambia a idle (pausa) y las letras largas y continuas de streaming (transmisión) se compactan y los números se congelan, como si se congelara el tiempo, en ese momento el silencio entra a los audífonos, y las ventanas otrora destellantes vuelven a su gris primario y vacio. El silencio crece y así el murmullo de las teclas presionadas se convierte en un estruendo. Afuera de este círculo iluminado por el monitor de cristal líquido hay solo vació y silencio.

Volvemos a Cross Game, que por cierto está siendo transmitida gratuitamente por http://www.vizanime.com/cross-game

Si pueden leer inglés es una estupenda forma de allegarse a una estupenda animación.

Voy a pensar muy bien cómo voy a hacer esta reseña acerca del recuerdo imperecedero que puede ser muy hermoso y muy doloroso. Esa dualidad que acompaña a toda acción.

Hoy sigo siendo solamente una caricatura una oji-abierta Mamimi Samejima, con un Ta-kun a su diestra y la cámara que la obliga a mirar aunque no quiera. Una Mamimi con el recuerdo de su novio ido, a quién no quiso, no pudo o no debió detener. La decisión de la libertad que la mayoría de las veces esclaviza a quien la brinda.

Sigo siendo una caricatura, quizá mañana sea una persona.

Los dejo con una de las mejores escenas de la animación moderna. La batalla final de FLCL, con las reservas del caso: si no quieren conocer el final no la vean.

Bajo advertencia no hay engaño.


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