La Chica Literatura (Cal. 7)
En algún momento vi la serie de OVAs de Bongaku Shojo, la “chica libro” o la chica de literatura. No les estoy echando a perder nada cuando les digo que la historia no acaba en nada. Está basada en 8 novelas ligeras escritas por Mizuki Nimura que han vendido más de un millón de ejemplares. La trama me parecía de lo más apetecible. Una chica amante de los libros que encuentra a un chico que solía escribir historias pero debido a un problema en su vida no lo hace más. Lo que sucede es lógico ella lo motiva a que siga escribiendo mientras resuelven misterios. La chica literalmente se come los libros, le gusta saborear las páginas lo que llena al ambiente de una ambigüedad que le hace mucho bien.
Las novelas ligeras tienen esa facultad de mezclar la realidad con la fantasía de tal suerte que pueden crear una especie de ensoñación, de medio camino entre la coherencia y la imaginación descabellada. La serie asume este reto de manera seria y hasta cierto punto no sabemos si la Chica Literatura es humana o no, si realmente conoce los libros por los fragmentos que come o si es simplemente un hábito extraño propio de una extraña chica.
Todo esto me agradó. Pienso en novelas como el Club Dumas de Arturo Pérez Reverte o El Péndulo de Falcault de Umberto Eco, en dónde los personajes cultos también son entretenidos, también pueden inmiscuirse en ambientes extraños y su pasión por los libros los ayuda a resolver misterios de otra forma imposibles.
Por supuesto que el arco argumental de La Chica Literatura en algún momento nos tiene que revelar los misterios que circulan por la trama. ¿Por qué el chico quería dejar de escribir? ¿Es la chica real? ¿Cuál es el futuro de su relación? Estos son hilos importantes que muy poco se tratan en la historia por lo que aunque los misterios son relativamente entretenidos la tensión entre los personajes realmente no logra sacar las chispas que debería. Una chica con cabello azul y super inteligente es para sacar chispas ¿no lo creen?
Para ganar más dinero solamente, dudo que una mayor eficiencia narrativa haya sido el motivo, los productores de las OVAs decidieron que una película pusiera el final. Este debiera de haber sido el gran remate de una historia que prometía desde el principio.
Y realmente la cinta resulta la explicación de la historia del chico. Una historia muy extraña y cuyos eventos son tan inverosímiles lo que le resta poder a la trama en total. El otro punto importante, el de la “realidad” de la chica, se resuelve de una forma tangencial lo que también le resta energía a la historia total.
Creo que aquí ya fuera Nimura o el director (Shunsuke Tada) debieron haber hecho todo lo contrario. La historia del chico debió ser muy sencilla, un evento que para muchos pudiera parecer casual, sin importancia, pero para él hubiera sido un cambio radical en su vida. Y la historia de la chica una historia complicada que la llevará al estado semi alucinatorio en el que se encuentra. Pero no es así, y por lo tanto la trama se resuelve sin mucha gracia, dejándonos la idea de que daba para mucho más, y las escenas finales no ayudan en nada y echan por la borda gran parte de lo que vivimos con los personajes. Sin verdadera tensión, sin coherencia en la trama.
La chica de la literatura pudo ser una gran obra y desafortunadamente llega tan solo al promedio. No todas las promesas se cumplen, creo que es algo que la serie deja en claro, en más de una manera.
Estamos en contacto
Las novelas ligeras tienen esa facultad de mezclar la realidad con la fantasía de tal suerte que pueden crear una especie de ensoñación, de medio camino entre la coherencia y la imaginación descabellada. La serie asume este reto de manera seria y hasta cierto punto no sabemos si la Chica Literatura es humana o no, si realmente conoce los libros por los fragmentos que come o si es simplemente un hábito extraño propio de una extraña chica.
Todo esto me agradó. Pienso en novelas como el Club Dumas de Arturo Pérez Reverte o El Péndulo de Falcault de Umberto Eco, en dónde los personajes cultos también son entretenidos, también pueden inmiscuirse en ambientes extraños y su pasión por los libros los ayuda a resolver misterios de otra forma imposibles.
Por supuesto que el arco argumental de La Chica Literatura en algún momento nos tiene que revelar los misterios que circulan por la trama. ¿Por qué el chico quería dejar de escribir? ¿Es la chica real? ¿Cuál es el futuro de su relación? Estos son hilos importantes que muy poco se tratan en la historia por lo que aunque los misterios son relativamente entretenidos la tensión entre los personajes realmente no logra sacar las chispas que debería. Una chica con cabello azul y super inteligente es para sacar chispas ¿no lo creen?
Para ganar más dinero solamente, dudo que una mayor eficiencia narrativa haya sido el motivo, los productores de las OVAs decidieron que una película pusiera el final. Este debiera de haber sido el gran remate de una historia que prometía desde el principio.
Y realmente la cinta resulta la explicación de la historia del chico. Una historia muy extraña y cuyos eventos son tan inverosímiles lo que le resta poder a la trama en total. El otro punto importante, el de la “realidad” de la chica, se resuelve de una forma tangencial lo que también le resta energía a la historia total.
Creo que aquí ya fuera Nimura o el director (Shunsuke Tada) debieron haber hecho todo lo contrario. La historia del chico debió ser muy sencilla, un evento que para muchos pudiera parecer casual, sin importancia, pero para él hubiera sido un cambio radical en su vida. Y la historia de la chica una historia complicada que la llevará al estado semi alucinatorio en el que se encuentra. Pero no es así, y por lo tanto la trama se resuelve sin mucha gracia, dejándonos la idea de que daba para mucho más, y las escenas finales no ayudan en nada y echan por la borda gran parte de lo que vivimos con los personajes. Sin verdadera tensión, sin coherencia en la trama.
La chica de la literatura pudo ser una gran obra y desafortunadamente llega tan solo al promedio. No todas las promesas se cumplen, creo que es algo que la serie deja en claro, en más de una manera.
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