High School of the Dead (Cal 7.5)

HOTD (Araki-Sato, 2010-2006) es una serie difícil de calificar. No porque su historia sea muy difícil de definir. Cualquiera que haya visto alguna película de terror de los 80s sabe de qué se trata. Un grupo de chicas hermosas huyen en un mundo infestado de zombis y hay dos chicos con ellas, el personaje gracioso y el “héroe”. Listo, de eso se trata HOTD.


Es difícil de calificar porque aunque la historia es bastante común el estudio Madhouse ha puesto mucho énfasis en la forma y Tetsuro Araki hace un trabajo aceptable llegando a muy bueno en algunas escenas. Alguien me comentaba que el mejor primer capítulo que había visto era el de esta serie, y aunque creo que “Primavera de los Muertos” no ocupa un lugar entre mis mejores 20 primeros episodios si me parece que está bien hecho y que incluso es lo mejor de toda la serie.

La diferencia entre HOTD y otras series de la misma temática es la estética que el dinero puede comprar. La animación de ese primer episodio tiene varias escenas animadas con CGD, y hace gala de las herramientas narrativas de moda: “el flashback” con monologo interno del protagonista, el episodio comienza en una situación límite y dicho flashback se encarga de explicarnos como llegaron los personajes ahí; las escenas en cámara lenta o bien en cámara rápida; las tomas en ángulos imposibles; y por supuesto esa toma cuando el protagonista golpea a su mejor amigo dónde la cámara gira de manera casi descontrolada.

Dentro de la forma encontramos también a todos los personajes femeninos con copa D, perfectamente dibujados y en poses sugestivas desde la entrada. El lenguaje soez irrepetible. El chico con el trauma de haber sido rechazado por su amor de la infancia y por supuesto la sangre que corre a borbotones. Mil y una formas de partirle la cabeza a un zombi, podría ser un título aceptable.

Todo lo anterior es forma, la misma forma que podemos encontrar en otras series eichi (softcore) o hentai (hardcore), que por cierto llegan a tener tramas mucho más complejas que esta, pero cuya diferencia en este caso es el dinero, una producción que le da otra textura a la serie, en ese primer capítulo no existe el medio día, simplemente el amanecer pero sobre todo el ocaso. La paleta de colores ocre que cubre de manera interesante las escenas en exteriores y los tonos oscuros en interiores.

También está la música, cada uno de los capítulos tiene una canción de salida diferente. No estoy muy seguro que esto se haya hecho antes y si es así de lo que sí estoy seguro es que no se da todos los días. Maon Kurasaki se encarga de interpretarlas todas y la serie pone en boga una estructura de episodio en dónde los títulos de salida se dan no al final, sino un poco antes, de tal suerte que el espectador tiene que verlos todos para conocer el verdadero final del episodio.

La música intercala Jpop y algo de rock. Pues lo estridente de las imágenes debe encontrar en algún momento su símil sonoro.

HOTD es el sueño de la mayoría de los adolescentes, porque la mayoría de ellos están obsesionados con la forma en estos tiempos, pero la serie no pasa ninguna prueba de solidez narrativa y más allá de ese primer episodio tampoco da muchas muestras de innovación visual. Se la va pasando en escenas de chicas voluptuosas en paños menores y en decapitación de zombis y para cualquier de esas dos cosas hay muchas mejores obras en el inmenso mercado de la animación. Es una serie que tributa al derroche hormonal en la violencia y en sexo pero ¿Qué nos deja después de haberla visto? Si lo piensan bien, ni siquiera una sonrisa.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Iriya no Sora, UFO no Natsu (Cal. 8)

Fe de erratas de Cineti-K y distancias

Los puntos cardinales del Edén