Dualidades. Primera entrega

Para Ivan

“En el principio era el Verbo” (Juan 1:1)

Para entender un fenómeno es necesario entender las palabras que lo fundamentan y que este mismo genera. Así que cuando hablamos del “fenómeno Otaku” primero, pues, tenemos que entender lo que es un otaku.


La palabra Otaku, por supuesto, es un vocablo japonés que puede traducirse sin mucho esfuerzo en español como fanático. En el país del sol naciente existen pues, otaku del baseball, otaku de las carreras, otaku de la cocina, otaku de las armas y faltaba más otaku de la animación y del comic y muchos tipos de otaku mas, tantos como hay cosas en el mundo.


Con el tiempo, y con la paulatina incursión de las animaciones y las historietas japonesas en el mercado occidental, en occidente se comenzó a usar la palabra Otaku para identificar indistintamente a los aficionados y a los fanáticos a estas expresiones artísticas. Sin embargo existe una enorme diferencia entre ser aficionado y ser fanático, uno de mis sitios favoritos en toda la web (http://www.rae.es/rae.html) la pone en evidencia:


Afición: Inclinación, amor a alguien o algo.


Fanático: Preocupado o entusiasmado ciegamente por algo.


En lenguaje todavía más sencillo diríamos que la diferencia entre aficionado y fanático es que un aficionado diría “me gustan los duraznos” mientras que un fanático afirmaría “lo único que como todos los días es duraznos”.


Desde el punto de vista del aficionado el manga-anime (mezcla prácticamente indivisible entre las historietas y las animaciones provenientes de Japón) es una expresión artística más que le gusta y disfruta. Compra, observa, critica, siente y aprende al respecto, conoce las limitaciones de estos medios y disfruta sus puntos fuertes. Sin embargo para un fanático el manga-anime es el aire que respira, una de las pocas o la única motivación en su vida, memoriza los detalles minúsculos de los personajes más mínimos de las obras más desconocidas, y trata de darles vida. Manga-anime es lo primero que ve cuando se despierta y en lo único que piensa antes de dormirse.


El fanático no cuestiona la veracidad de sus creencias y brinda su vida sin reservas al objeto último de su deseo. Pero ¿en qué cree un otaku-fanático? Un otaku-fanático cree que la vida de la ficción es mejor y más real que la vida en nuestro plano. Sea que el fanático sea consciente o no de ello su obsesión es una forma de escapismo.


Dicho todo lo anterior ¿Puede alguien convencerte a ser fanático o a dejar de serlo? De esto platicaremos en la siguiente entrega.

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