Pérdidas
El mismo Germán Dehesa escribía en meses recientes que las pérdidas nunca vienen solas. Que como racimos las aucencias caen en grupo dejando vacios consecutivos, multiplicados.
Hace apenas unas semanas murío Carlos Monsivais un intelectual enciclópedico capaz de la ironía más críptico y los análisis más profundos, debo confesar que aún cuando tengo su autográfo y me gustaba leerlo burlándose de tado en un lenguaje incomprensible, la verdad me era hasta cierto punto lejano, aún así no dejo de sentir su pérdida.
Del otro lado del mundo en Japón un hombre jovensísimo murió la semana pasada, un hombre con el don de expresarse con dibujos, de confundirnos con dibujos, de mostrarnos la vida con dibujos, de hacernos sentir con dibujos. Satoshi Kon es uno de mis directores favoritos y de repente, como todo lo que sucede en la vida, nos deja sus obras completas, las incompletas y las que nunca serán iniciadas. Con el va el dolor de pérdia de la expectativa, del futuro.
Ayer, de vuelta a México, muere Germán Dehesa, también a tempranda edad, un hombre a quién leía desde hace 16 años. Por todo ese tiempo conocí a su familia, conocí a los mexicanos por sus ojos, me reí de la vida, comprendí la política, aprendí de otras fronteras literarías, él me presentó como amigo a Borges, como compañera a Sor Juana, no fueron más autores de naciones y tiempos ininteligibles fueron seres amorosos e ilustrados. Brillantes.
Dehesa fue mi maestro y así me referí a él la unica vez que lo pude saludar, escucharlo de viva voz y recibir su autógrafo. El próximo programa de Cineti-K será dedicado a él. Un miserable homenaje a un hombre a quién respeto y de quién aprendí mucho. Que descanse en paz y ojalá que algún día podamos encontrarnos en el paraiso para platicar de estos mexicanos incompresiblemente bellos y de la enorme biblioteca que es la vida y de todas las vidas que puede contener una biblioteca.
Hasta luego maestro, lo voy a extrañar mucho.
Hace apenas unas semanas murío Carlos Monsivais un intelectual enciclópedico capaz de la ironía más críptico y los análisis más profundos, debo confesar que aún cuando tengo su autográfo y me gustaba leerlo burlándose de tado en un lenguaje incomprensible, la verdad me era hasta cierto punto lejano, aún así no dejo de sentir su pérdida.
Del otro lado del mundo en Japón un hombre jovensísimo murió la semana pasada, un hombre con el don de expresarse con dibujos, de confundirnos con dibujos, de mostrarnos la vida con dibujos, de hacernos sentir con dibujos. Satoshi Kon es uno de mis directores favoritos y de repente, como todo lo que sucede en la vida, nos deja sus obras completas, las incompletas y las que nunca serán iniciadas. Con el va el dolor de pérdia de la expectativa, del futuro.
Ayer, de vuelta a México, muere Germán Dehesa, también a tempranda edad, un hombre a quién leía desde hace 16 años. Por todo ese tiempo conocí a su familia, conocí a los mexicanos por sus ojos, me reí de la vida, comprendí la política, aprendí de otras fronteras literarías, él me presentó como amigo a Borges, como compañera a Sor Juana, no fueron más autores de naciones y tiempos ininteligibles fueron seres amorosos e ilustrados. Brillantes.
Dehesa fue mi maestro y así me referí a él la unica vez que lo pude saludar, escucharlo de viva voz y recibir su autógrafo. El próximo programa de Cineti-K será dedicado a él. Un miserable homenaje a un hombre a quién respeto y de quién aprendí mucho. Que descanse en paz y ojalá que algún día podamos encontrarnos en el paraiso para platicar de estos mexicanos incompresiblemente bellos y de la enorme biblioteca que es la vida y de todas las vidas que puede contener una biblioteca.
Hasta luego maestro, lo voy a extrañar mucho.
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