La imagen en código -parte 7-
El poli de
informes me echo una mirada y me dijo escuetamente
-Por favor
espere su turno- Uno podría pensar que a las tres de la mañana no hay mucha
gente haciendo fila para trámites en la delegación, pero ahí podrán notar
ustedes mi falta de experiencia en estas cosas. La delegación estaba llena y el
tiempo de espera no parecía nada prometedor.
-Pero me
dijo el comandante XXXXXX que pasara antes del cambio de guardia- Trate de
hacerle ver
-Le estoy
diciendo que espere su turno- me dijo molesto
-Yo nada
más le comento lo que me dijo el comandante XXXXXX-
-¿¡Pues
usted que se cree!? Aquí no le damos preferencia a nadie, ¿ve a toda esta
gente? También está esperando como usted. Por eso estamos jodidos por tanto
influyentismo, pero aquí no se puede joven, esta es la policía, aquí todos
somos iguales, por favor espere su turno si no quiere que lo desalojemos.- En
este momento volteó a ver a uno de los polis armados que estaban en la puerta e
hizo contacto visual con el ¿cómo me había metido en este problema de manera
tan gratuita?
-Disculpe-
dije y me fui al final de la fila. El polí meneo la cabeza de manera
desaprobatoria y se fue de su lugar para internarse en la oficina. Todos los de
la fila voltearon a verme de una forma u otra. Sin embargo, en la mayoría de
ellos no vi una expresión recriminatoria, casi todos parecían más bien decirme:
“a mí me pasó igual”.
Esperé en
una fila cuasi petrificada por un par de horas cuando Alberto llegó, como
siempre, de manera muy desenfadada
-¡Alejandro!
¿Qué estás haciendo aquí?- preguntó
-Me
llamaron diciendo que posiblemente habían encontrado el auto y que viniera
antes del cambio de turno-
-Ah ¿Y que
estas haciendo en esta fila?-
-¿Esperando
mi turno?- contesté apenado
-Jajajaja-
rio con simpatía.
-Comandante-
nos acercamos a la barra y se dirigió al polí –este joven viene a identificar
un auto-
-Ay joven
me hubiera dicho antes, ya ve que lo tengo ahí esperando, ¡pásele! A la
izquierda-
-Lo que
pasa es que no hablan Alberto ¿así como los va a atender uno bien?- Dijo el
poli quedamente a el de los seguros.
Después de
hablar con otros polís e ir y venir del corralón por fin quedó finiquitado el
asunto. Lo que quedaba de lo que antes fue mi coche se iría al taller para
evaluar si podría ser arreglado (reconstruido era una mejor palabra) o bien el
seguro me lo pagaría como pérdida total.
Cuando
estábamos en el corralón se me ocurrió preguntar por el auto estéreo y la
computadora, Alberto y todo aquel que escucho mi pregunta se rieron a carcajada
suelta. Utilicé el momento incómodo para separarme de la multitud en algarabía
por mi chiste involuntario, con el pretexto de que tenía que avisar al trabajo
que llegaría tarde. Aunque era tan solo un pretexto así lo hice. Marina sonaba
muy tranquila, eran alrededor de las 8 am.
Cuando
estaba por terminar en la delegación, Alberto tuvo una llamada de emergencia y
se fue.
-Sin
importar lo que te diga déjale la forma al polí de allá- Me dijo antes de
marcharse y como escriben los clásicos “lo hice exactamente así”.
De camino a
la salida un hombre como de 1.80m de estatura y tez morena se me acercó.
-¿Es usted
Alejandro Estrada?- Quisiera decir que lo miré a los ojos y le contesté de
manera afirmativa con voz firme, pero la verdad es que me dio un montón de
miedo y posiblemente conteste con un –Sí- quebrado que era más un murmullo que
una respuesta audible.
-Permítame
presentarme soy Pedro Jasso, he trabajado como polí muchos años pero como esto
no deja además me dedico a encontrar cosas perdidas- Hablaba de manera muy
distinta a los otros polis. Y en lugar de que eso me diera más confianza me dio
más miedo y muy seguramente lo reflejé en la cara, caminamos hasta la acera y
ahí continuó.
-Comprendo
que estés nervioso y desconfiado, y para serte franco esa es la actitud
correcta, sin embargo mi trabajo es legítimo. Verás, recuperar un auto es buen
negocio para nosotros por lo del seguro y además nos da buena imagen. Con los
electrónicos es distintos pero no todo está perdido. Los amantes de lo ajeno
los venderán tarde que temprano a un precio reducido porque están “calientes”.
Mi función aquí es que yo los contacto antes de que los artículos lleguen al
“mercado” y les pago un poco menos pero con la seguridad de que “la ley” está
de su parte. Luego vengo contigo y te los entrego previo recibir una
compensación igual al precio de mercado real del aparato. En tu caso estoy
seguro de que quieres recuperar tu computadora del trabajo. Si van a comprar
una nueva de cualquier manera, pues que mejor que compren la que tiene toda tu
información de trabajo ¿no? Además te puedo regresar tu sistema de sonido por
un precio reducido- Por alguna razón el tipo ya me dio confianza, bien sabía
que muy probablemente era un sentimiento engañoso y que lo más seguro era que
quería estafarme, pero su forma de hablar me decía que no era un polí más.
Ahora bien aunque el concepto de pagar dos veces por electrónicos no me llenaba
de entusiasmo creo que tenía razón en la parte de la computadora. Yo podía
decir en el trabajo que se me había perdido la información, me darían más
tiempo en todos mis proyectos y en realidad ya tendría la mayor parte del
trabajo hecho lo que me daría “tiempo libre” en el trabajo. Contra todo buen
juicio acepte.
-Ya tengo
tus datos ¿te hablo mañana para ponernos de acuerdo?-
-¿Mañana?
¿En serio?- Pensé
-Claro-
Dije
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