La necesidad de conexión
La costumbre es cómoda pero también muy complicada. El acostumbrarnos a algo o a alguien puede tomarnos unos cuantos minutos o quizá nunca podamos hacerlo. A veces queremos acostumbrarnos a algo otras veces no lo deseamos. Pero todo lo que se encuentra a nuestro alrededor es sujeto de costumbre, las personas, los autos, los camiones, el teléfono, la comida, todo lo que hace nuestra vida cotidiana. La continuidad es un prerrequisito para la costumbre. Lo más curioso es que hay cosas a las que estamos acostumbrados y ni siquiera nos damos cuenta de ellas. Por ejemplo la televisión, o la computadora. Inventos de hace poquísimo tiempo que ahora se vuelven indispensables. Hace unos años era inimaginable pero ahora el estar en una habitación o una casa sin televisión es como estar en un sitio de tortura. Una de esas cosas por las que podrían acusar a los padres de maltrato familiar o al esposo de abandono de hogar, porque la luz de la casa es la caja mágica, y nada más. El simple bajarle ...