Entradas

La carta a lo imposible

Supongo que en la Europa medieval cuando se inventó la tradición de escribir cartas a San Nicolás, no se esperaba que los niños pidieran cosas irrazonables. Un juguete de madera, un trineo si acaso. Era muy probable que a la mayoría de los niños, el santo de los regalos, les trajera exactamente lo que habían pedido. Con esto no digo que la época medial fuera vasta en recursos, más bien quiero decir que los niños eran condescendientes en sus deseos. Sin embargo hay algo sobre lo cual no podemos dudar de los niños: no son condescendientes por mucho tiempo. En algún momento, a algún sirviente de la realeza seguramente se le ocurrió pedir un juguete extraño de esos que solo los príncipes podrían poseer y ni el santo, ni los padres pudieron, por supuesto, cumplir el deseo. A partir de ese momento las cartas no fueron más un menú plausible, simplemente un sueño por escrito. Lo que después se denominó carta a Santo Claus se convirtió en algún punto en un registro de deseos. Algunos niños ...

La necesidad de conexión

La costumbre es cómoda pero también muy complicada. El acostumbrarnos a algo o a alguien puede tomarnos unos cuantos minutos o quizá nunca podamos hacerlo. A veces queremos acostumbrarnos a algo otras veces no lo deseamos. Pero todo lo que se encuentra a nuestro alrededor es sujeto de costumbre, las personas, los autos, los camiones, el teléfono, la comida, todo lo que hace nuestra vida cotidiana. La continuidad es un prerrequisito para la costumbre. Lo más curioso es que hay cosas a las que estamos acostumbrados y ni siquiera nos damos cuenta de ellas. Por ejemplo la televisión, o la computadora. Inventos de hace poquísimo tiempo que ahora se vuelven indispensables. Hace unos años era inimaginable pero ahora el estar en una habitación o una casa sin televisión es como estar en un sitio de tortura. Una de esas cosas por las que podrían acusar a los padres de maltrato familiar o al esposo de abandono de hogar, porque la luz de la casa es la caja mágica, y nada más. El simple bajarle ...

Los deseos contenidos

Está en una cena. Todos parecen muy serios y comen apaciblemente. Llega el postre y es un exquisito pastel de chocolate. Sobra sólo un pedazo y el invitado de honor estira la mano para tomarlo. Usted está más cerca, con facilidad podría ganarlo y de verdad quiere ese pedazo de pastel así que ¿Por qué no hacerlo? Sin embargo, no lo hace. Esta introducción que parece plagiada de cualquier texto de divulgación, no pretende demostrar algún resultado de un trabajo científico del comportamiento. Simplemente sirva como preámbulo de uno de los sentimientos más profundos en la mente humana. Los deseos reprimidos. Y es que como seres humanos lo deseamos todo, pero no lo podemos tener todo. Así que ya sea que su deseo reprimido sea de sabor chocolate y esté sobre la mesa, o bien sea vestirse como su corista favorita y salir a marchar por la 5ª avenida, o simplemente sea peinar como es debido a su compañero de trabajo. Todos tenemos deseos reprimidos. Hay muchos con los cuales podemos vivir a cues...

Los mínimos mensajes instantáneos

Cuando uno lee a los grandes novelistas Rusos como Dostoievsky y Tolstoi es imposible dejar de pensar en los grandes espacios, en los largos tiempos. Undirse en novelas como Guerra y Paz o los Hermanos Karamasov es verse a uno mismo cómo una pequeña hoja de un frondoso y gigantesco árbol en un interminable bosque. Los grandes novelistas hablaban de las grandes pasiones, de los grandes hombres y dicha grandeza solo puede demostrarse a través de los años, a través de enormes distancias. Antes una novela tenía 1000 páginas o no era novela. Ya ni hablamos de En Busca del Tiempo Perdido de Proust o La Comedia Humana de Balzac (por si las dudas aclaro que estos no eran rusos). Precisamente porque se necesitan tiempos y detalles para desentrañar la naturaleza de la historia personal, su intersección con otras historias, que al final conforman la intrincada historia de la humanidad. En aquellas blancas e infinitas estepas rusas, los novelistas expresaban aquellas cosas que permitían v...

Cineti-K ¡Nuevo horario!

Hola Tal y como se lee en el título Cineti-K cambia de día y horario. Ahora podremos platicar a una hora más placentera los Jueves a las 7pm hora de México, 8pm hora de MC Radio. El primer programa en este nuevo cliclo tiene que ser especial así que hablaremos sobre las 5 animaciones que de acuerdo a mi opinión fueron parteaguas importantes en como contemplamos la animación en la actualidad. Estoy pensando en organizar on concurso pero....quiero hacerlo con calma y bien. Por lo pronto quién le me mande su lista de las cinco animaciones y coincida en alguna con la mia, pues ganará puntos. Todavía no se si para un DVD o bien para una cuenta en megaupload. Todavía no lo tengo bien pensando pero...ojalá que me permitan acompañarlos mañana y platicar con ustedes en Cineti-K nuevo día, nuevo horario, casi el mismo programa, si mejora es por supuesto gracias a ustedes. Estamos en contacto.

La conspiración de la vida o Bienvenido a la NHK

Imagen
A veces olvidamos que una de las grandes maravillas de la animación japonesa es su capacidad de tratar todos los géneros y hacer interesante el tema más soporífero. Creo que hay muy pocas cosas interesantes sobre los Hikikomori, jóvenes japoneses que se enclaustran en sus cuartos y viven recluidos a expensas de sus padres. Nada más aburrido que ver alguien perder la vida por la inacción. Sin embargo Bienvenidos a la NHK (2006) es un recordatorio fulgurante de lo poderoso que puede llegar a hacer la animación como medio de expresión artística. No hay nada de malo en ver series insulsas de preparatorianos con problemas vanos, no tiene nada de malo ver robots gigantes que salvan o destruyen el mundo, no tiene nada de malo ver magos poderosos que viven en un universo encantado. Sin embargo la animación es mucho más que eso. Es un medio con el que se pueden transmitir sentimientos genuinos y no solo chocantes grandilocuencias. Sentimientos tenues, reales, tal y como los detalles que hac...

Las ausencias

Imagen
Uno podría pensar que las constantes principales de la obra de Mitsuru Adachi son los deportes, la preparatoria y los triángulos amorosos, quién piense así tiene mucha razón pero pasa por alto algo muy importante. Comparado con Osamu Tezuka, la obra del maestro Adachi palidece en temáticas. El padre del manga escribió de todo y para todos y lo hacía de una manera severa. La obra de Tezuka era una obra fantástica pero una obra de dolor, de un drama de proporciones gigantescas, de tragedias en el purismo extremo. No importa si habla de un robot, de una princesa, de Buda o de un león. Tezuka entiende la vida con una tristeza dramática. Como niño de la postguerra creo que no hay otra manera de entenderlo. Por otro lado Adachi, nació y creció leyendo la herencia de Tezuka y sus compañeros. Su generación fue la del resurgimiento de Japón y por eso había tiempo y lectores de historias de preparatoria y quizá fue esa misma generación la que se encontraba en la situación de definir el re...